miércoles, 6 de junio de 2012

Agurtzen - Pedro Elosegi

Me gusta andar por la ciudad. Me ha gustado siempre y ahora un poco más. Me gusta cruzarme con gente, con personas, con amigos, con conocidos o con desconocidos. Les miro de frente, a la cara, a los ojos.

En la cara y en los ojos de las personas se ven sus sentimientos, sus pasiones, sus gustos, sus deseos, sus anhelos. En la cara de las personas, al cruzarse con ellas por la calle, casi casi he aprendido a descifrar su vida, eso al menos me gusta pensar. En las caras y en los ojos de los ciudadanos con los que me cruzo por la calle, se ve la vida de la ciudad.
Desde muy joven me invade el mismo pensamiento cuando me cruzo con alguien al que no conozco; ¿me habré cruzado antes con esta persona? ¿volveré a verlos algún día? Vivimos en una ciudad pequeña y, a pesar de eso estamos todos rodeados por desconocidos.
Tengo un amigo que nació, vivió y vive en un pequeño pueblo de los que rodean Vitoria-Gasteiz. Me contaba que él, cuando venía a la ciudad de niño, saludaba a todo aquel con el que se cruzaba por la calle, así se hacía en el pueblo y no entendía, cuando su padre se lo dijo, porqué no debía ser de igual forma en Vitoria.
Esto es también habitual en los paseos por el campo, por el monte, saludar, dar los buenos días a quienes se cruzan con nosotros sean conocidos o desconocidos.
En la ciudad no, en la ciudad no se saluda a desconocidos y por eso yo les miro a los ojos, a la cara y al final son casi o mas cercanos que el vecino de la mano de enfrente.
A fuerza de pasar todos los días a la misma hora por el mismo sitio, te das cuenta de que te cruzas con las mismas personas y acabas saludandolas; con la mirada primero, con un movimiento de cabeza a lo mejor y mas tarde, con una leve sonrisa. ¿Y por qué no? Al final acaba siendo el vecino de todos los días. 
Me saludo con mucha gente con la que jamas he cruzado una palabra, pero es que el saludo, el simple saludo es, a veces, mucho mas que la palabra.
Saludar es desear salud, desear el bien, querer que el otro sea feliz. Saludar es, porqué no, buscar y ofrecer felicidad.
Agur bat.