La importancia de lo cercano, el valor de lo próximo, lo
local, en definitiva, no es casi nunca
bien percibido desde “lo general”. Pero
hay un paso más, ni siquiera se entiende que se aprecie desde lo cercano. Una
falta dual de entendimiento por lo tanto. No se comprende ni “el qué” ni “el
porqué”
Sin embargo, curiosamente, el efecto no es contrario.
Desde el “grande”, se cree que lo que a él le resulta cercano, es de necesario
interés para todos. Ejemplos podemos tener diariamente, unos percibidos, otros
denunciados, otros desapercibidos de manera bien intencionada y algunos más
desinteresadamente hastiados.
El conflicto laboral de los trabajadores de Radio Vitoria
hay que entenderlo en ese contexto. ¡Qué se le va a hacer! Pero Radio Vitoria
es un medio de comunicación muy cercano a Vitoria-Gasteiz y al Territorio
Alavés: ¿Por qué? Muy sencillamente. Porque habla de los temas próximos y
cercanos que con mayor sensibilidad percibe el oyente; de su casa, de su calle,
de su barrio, de su pueblo, de su escuela, de su centro de trabajo, de su
deporte, del Deportivo Alavés, del Baskonia, de sus fiestas, de su
Ayuntamiento, de su Diputación… Y además, quienes transmiten esa información,
los profesionales de Radio Vitoria son, parte de nuestro entorno de conocidos,
sus nombres son familiares, sus voces se echan de menos en casa, son y esto es
así como parte de la familia, del trabajo, del entorno cercano. Y es que además
su quehacer profesional los hace inmediatamente relacionarlos con lo que nos
interesa.
Solo es este contexto puede entenderse el éxito en
audiencia de un medio cercano. Los profesionales de la prospección de
audiencias saben que una inmensa mayoría de los lectores de medios escritos
abren el periódico por la información local, generalmente en las primeras
páginas, luego saltan a la información
deportiva, en las últimas páginas, que casi siempre se inicia con la crónica
diaria de los primeros equipos y después, si es el caso, se lee el resto de la
edición. Esto es así y se sabe. Y tanto es así que en las grandes
localizaciones turísticas veraniegas, las editoriales procuran llevar todas las
ediciones locales. Así uno, en Benalmádena por ejemplo, compra la edición de
Álava de este o aquél periódico y no compra ese mismo diario si la única
edición que le ofrecen es, la de la Miranda, por no poner otro ejemplo mucho
más habitual.
Pero algunos piensan todavía que es de interés general por
ejemplo, la agonía, ladrillo a ladrillo, de un estadio de fútbol; y así,
diariamente tenemos puntual información de la retirada del césped, del
desmontaje de las sillas, del derribo del corner, de la caída de la tribuna
principal… Y seguramente lo es para algunos ciudadanos, pero evidentemente no
para todos. Y el costo en recursos de comunicación es el mismo. Por no hablar
del desplazamiento simultáneo de hasta cuatro unidades móviles a otras tantas
localizaciones de montaña para decirnos… ¡que está nevando! pero si ya lo
vemos, si nevar nieva igual en todos los sitios. En fin.
Absolutamente de acuerdo con el ejemplo que puso sobre la
mesa en su comparecencia parlamentaria la directora de EITB. Efectivamente, en
el mundo de la política, como en el del teatro, como en el del circo cada uno
debe asumir su papel. En todos ellos hay funambulista, equilibristas,
domadores, payasos, trapecistas. En éste conflicto algunos, desde nuestra
responsabilidad política local, hemos tenido que asumir el papel de
equilibristas para intentar conciliar posturas entre los responsables del ente
y los propios trabajadores. Posturas que además creemos que no están tan
distanciadas y que una buena resolución conllevará lo mejor para todos. El resto
de actores, trabajadores y responsable políticos deberán saber y asumir cual es
su papel en este teatro-circo. El nuestro, repito, equilibristas.