jueves, 6 de junio de 2013

Pensamiento, lateralidad y acción - Pedro Elosegi

Interiorizamos sin pensar, en la misma o mayor medida que actuamos sin interiorizar. La influencia de las corrientes de información que en forma de aluvión nos llega sin prácticamente tamiz alguno a nuestro pensamiento, condicionan nuestro comportamiento y hasta nuestra propia manera de ser. Interiorizamos con escaso filtro crítico.

Lo que nos llega, según de donde llega y de la categorización en la que situemos la fuente, consigue pasar, casi insensiblemente, los pocos o escasos filtros que pudiéramos tener. Y en la misma manera ocurre a la inversa, si el origen está categorizado en el polo opuesto. Eso precisamente, la fuente, el origen, la procedencia, el quién y no tanto el qué, ni el cómo, ni siquiera el cuándo, es lo que resulta determinante.

Filias y fobias condicionan de manera definitiva nuestra manera de entender la realidad del entorno. Somos capaces de asumir aquello que llega de quienes tenemos “entelequialmente” colocado a un lado de nuestro espacio mental y rechazar, sin más reflexión, aquello que nos llega del lado opuesto. En el fondo es más fácil, menos fatigoso, sin complicaciones.


El posicionamiento en uno u otro polo por lo tanto, el posicionamiento resulta fundamental en la capacidad o no de influir en la voluntad, la actitud y la capacidad de acción de los demás. Esto, un buen político y más, un buen gabinete de asesoramiento político, lo sabe muy bien y constituye el eje de sus actuaciones. El resto vendrá dado.

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