Siempre tiene su punto morboso tratar de adivinar qué piensa quien tenemos enfrente, o al costado que lo mismo da. Pero es que esta mañana, para quien escribe estas líneas, mientras escuchaba a la Diputada de Obras Públicas y Transportes explicar al representante del PSE que no existe base jurídica alguna para reclamar a la Diputación de Gipuzkoa por el retraso en la apertura de la autopista AP-1, a aquella dosis “estandar” se sumaba otra muy especial.
Corría el mes de septiembre de 2007 cuando el Grupo Juntero del Partido Popular, en su labor de oposición, preguntaba al Gobierno Foral acerca de las medidas que iba a adoptar la Diputación Foral de Álava para resolver el quebranto económico que acarrea el retraso antes mencionado. A tal punto llegaba la desconfianza de Partido Popular que fue el propio Sr. de Andrés quien exigía en el Pleno que se les informara “si realmente van a pedir compensaciones a la Diputación de Guipúzcoa por el quebranto que representa para la Diputación de Álava este retraso al que nos tienen sometidos”.
En aquél mismo Pleno ya se le explicó al Sr. De Andrés que era su propia negligencia en la gestión de la construcción de la autopista AP-1 la causante de que una circunstancia como esa del retraso en la ejecución de las obras por parte de alguna de las administraciones afectadas, no se hubiera recogido en el convenio suscrito en 2004 con la DF de Gipuzkoa por el propio gobierno del PP. Y de ese “olvido”, esta indefensión.
Fueron días y semanas de intensa actividad para Javier de Andrés en los medios. Llegó incluso a argumentar que, a falta de previsión específica, bastaría con recurrir al Código Civil para sustentar la imposible reclamación. Así, en crudo, “les debiera bastar el Código Civil”, predicaba aquellos días. No hacerlo es ser conniventes con sus correligionarios nacionalistas en la Diputación de Gipuzkoa.
Y volvemos a esta mañana y a mis fantasías indagatorias: "¿que se le estará pasando en este momento por la cabeza a Javier de Andrés, convertido ya en Diputado General?, ¿tendrá este Diputado General la suficiente sinceridad y coherencia consigo mismo como para recordar, precisamente hoy, aquellas prédicas y diatribas suyas de hace cinco años?" No lo sé, ya decía al comienzo que es difícil saber que piensan los demás aunque, si le sirve, aquí le dejo este pequeño recordatorio a Javier de Andrés y, por extensión, a sus desmemoriad@s correligionarios.
Y es que ni era ni es suficiente el mero Código Civil.
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